26/5/11

MI NIÑA TRIGUEÑA

Frío intenso en aquella noche, cumbres dolorosas de escalar;
sus manos trigueñas y palabras rítmicas sin sentimientos hoy recuerdan aquel olor inolvidable; intima su respiración agitada, manos desnudas que se encuentran solas,
en el bosque perdido, maldecido de dolor embriagador.
Camina lentamente soportando el frío que corta los besos que sopla sobre su rostro herido.

“Amor”, palabra que pasó,
Soledad es lo que deja un “Te amo”,

(Lloró para olvidar)

-Se que duermes sin calcetines, sé que no te gusta el manjar pero si el chocolate (¿Soporte alguna vez tus manías agónicas?)-

 Lloró para olvidar sus penas y darse cuenta que caminaba en el agua,
 Que volaba sin alas y que besaba y entregaba todo,
                                                                                Error.

Maldijo aquel día, quiso morir en vida, quiso borrarlo de su mente, sin tener éxito.

-Te necesito, no me dejes, sé que esto es prohibido, entra en mi vida una vez más,
 te juro que no nos aran daño, déjame volar contigo, no quiero sufrir-

Esta última frase parecía sublime a los ojos dañinos de la piedra rosca,
 Sufrir es lo único que ha logrado,
 Avanzar sin sus pies y morir sin haber alcanzado a nacer; Es lo que ha logrado con él.

Sauce llorón que la acompaña en sus noches de dolor, sauce llorón que la acompaña en esta noche de aluvión (en es fondo de un alma caen espadas, y en sus puntas los restos de carne humana)

Eco que suena y se repite en esta gran sala de entrada; la memoria.
Inmenso bosque que contempla el eclipse de una noche a oscuras y pensante,
Cuerpo dormido de soledad, amarga como la hiel
Amarga como las lagrimas que brotan todos los días, al contemplar la luna
 y la leyenda color tragedia, que se desató en una noche estrellada.

Cuando todavía tenía una venda,
Cuando todavía; no veía nada.