Tu piel que da nervios acariciar, como si yo la fuera a dañar,
pienso en este momento donde por algún motivo que no tiene explicación
tu y yo nos hemos encontrado nuevamente,
que somos prisioneros de este embrujo,
mientras los violines suenan al fondo;
el viento suena y las estrellas brillan bajo este silencio durmiente.
Un juramento secreto que solo la música de nuestras energías
se juntaron para guardarlo por siempre.
Amor que haces caer las estrellas fugaces y provocas esta conexión
de la que por más que intentemos escapar;
nos seduce con su dulzura armonía y sella este lugar con un beso
bajo luz y sombra romántica de ternura.